night, falling
GERALD ECKERT (b.1960)
night, falling
CD1:
1. späte Gegend (2018) for orchestra 22:09
2. Schemen – Feld 30 (2017) for contrabassclarinet and electronics 14:50
3. Nacht, die fallende (2020) for violoncello, orchestra and live-electronics 20:09
CD2:
1. ferne Tiefe (2020/21) for contrabass flute, orchestra, live-electronics and tape 26:18
2. Kisalpah (2019) for ensemble and electronics 19:19
3. im Endlichen, dehnbar (2006/23) for accordion 11:19
4. instead of (empty rooms II) (2019) for ensemble and tape 18:43
Ensemble Reflexion K, norddeutsche sinfonietta
Gerald Eckert, violoncello, electronics, direction
Burkart Zeller, violoncello
Eva Zöllner, accordion
Beatrix Wagner, contrabass flute
Joachim Striepens, contrabassclarinet
Ivan Ferrer-Orozco, Andre Bartetzki, live-electronics
Gerald Eckert’s third release on Mode, night, falling, is a 2-CD set of mostly works for orchestra, often with electronics.
Eckert says: “I am fascinated by orchestral works containing the structures of chamber music. For me, the definition of orchestra is not characterized by its large scale, but genuinely through its individual voices.”
His music explores the marginal edges of sound, fractures in tonal constructs, crystalline solidification and instabilities which (for him) always symbolize existential dimensions.
Liner notes by Egbert Hiller. In English, German and French.
Gerald Eckert, (b. 1960), studied composition with Nicolaus A. Huber and electronic composition with Dirk Reith. He has received numerous prestigious prizes including the C. Gulbenkian Prize, Portugal 1993; the Kranichstein Prize, Darmstadt 1996; 1st prize in Bourges 2003, and 1st prize at the Stuttgart Composition Competition 2005. Top ensembles have performed his music including the NDR-Philharmonie, Klangforum Wien, Ensemble Modern, Ensemble Aventure, Ensemble Recherche, Ensemble SurPlus, and Musikfabrik.
Reviews
Nuestra segunda mirada en estas Perspectivas de escucha se dirige a Alemania, de donde es originario el compositor, director y artista Gerald Eckert (Núremberg, 1960), una de las figuras más interesantes de la actual composición germana, así como un creador en cuya obra musical las artes y las ciencias dialogan como en pocos otros con tanta fuerza y calidad hoy en día, recibiendo muy dispares influencias de compositores como Nicolaus A. Huber, Walter Zimmermann, Brian Ferneyhough o Jonathan Harvey.
El catálogo discográfico de Gerald Eckert presenta lanzamientos en sellos como NEOS, Kreuzberg o col legno, si bien en los últimos años destaca su asociación con Mode Records, sello neoyorquino con el que Gerald Eckert ya había publicado previamente los compactos On the edges (Mode 288) y abscence (Mode 320), dos lanzamientos muy recomendables que se han completado, en 2025, con un nuevo doble CD del que ahora les damos cuenta, y en el que recogen algunas de las obras más importantes compuestas por Gerald Eckert en la última década.
Siguiendo el orden dispuesto por Mode Records, la primera pieza que nos encontramos es späte Gegend (2018), partitura para orquesta que aquí se forma con la unión del Ensemble Reflexion K y de la norddeutsche sinfonietta; todos ellos, bajo la dirección del propio Gerald Eckert. Dos referencias basan conceptualmente späte Gegend: por una parte, un artículo leído por Eckert en el Süddeutsche Zeitung referido a las aldeas remotas en Baviera, donde la edad media de sus habitantes ronda los setenta y cinco años; por otra, el libro Die Fünfte Welt (Haymon, 2007), del escritor austriaco Raoul Schrott, en el que relata sus expediciones a una de las regiones de África más aisladas del resto del mundo: la que se conforma entre Chad, Sudán y Libia. Si de la primera referencia toma Gerald Eckert las ideas de la resiliencia y el deseo de vivir, la segunda provee a späte Gegend una profunda reflexión sobre la soledad y el vacío, aspectos que articulan una obra que presenta una masa extremadamente densificada en la que el registro de los violonchelos la marca notablemente, con una abigarrada sonoridad rota esporádicamente por explosiones y la verticalidad de las texturas emanadas desde las maderas graves, algo que nos recordará, de algún modo, a las grandes páginas orquestales del György Ligeti micropolifónico, como Lontano (1967), aunque el trabajo de Gerald Eckert presente una personalidad propia que se conecta, igualmente, con su obra plástica, en series asimismo marcadas por la densificación de los materiales, como Lichtgeschwärztes (1997), aunque späte Gegend presente una mayor rugosidad y más diferenciación dentro de dicha materia, así como una erupción de la violencia que es más acusada y desoladora, acorde con las referencias conceptuales antes vistas. La extraordinaria versión que escuchamos en Mode Records, verdaderamente acongojante, lo refuerza todo ello aún más.
La fascinación de Gerald Eckert por los instrumentos de registro grave es bien conocida; de ahí, la proliferación ya no sólo de sombras errantes en su música, sino de piezas para solistas de viento de acusada resonancia, como el clarinete contrabajo, para el Eckert compuso en 2017 Schemen – Feld 30. En ella, al clarinete se le suman dos capas de electrónica para profundizar en la expansión de los espacios acústicos, creando un continuo de espectros polifónicos de una delicadeza fascinante por cómo se multiplican los abigarrados multifónicos del clarinete contrabajo, con una total con-fusión de los medios acústico y electrónico. Es, por ello, que llegan hasta aquí ciertas influencias de Luigi Nono, pero mientras que en Nono los instrumentos parecen asumir una oralidad, en Eckert la unión de acústico y electrónica en vivo da lugar a un trabajo de corte más pictórico, generando continuamente masas de esfumados en sucesivas transformaciones, algo que en Schemen – Feld 30, como solía ocurrir con Nono, también hemos de conectar con la política, por medio del artista neerlandés Armando y las experiencias de su infancia bajo el régimen nazi. Sin duda, estamos ante una de las piezas más bellas de esta edición, servida por Joachim Striepens, en el clarinete contrabajo, y Gerald Eckert junto con Iván Ferrer-Orozco en la electrónica.
La electrónica y un instrumento solista de registro grave, el violonchelo, vuelven a estar presentes en Nacht, die fallende (2020), arropados aquí por la orquesta que de nuevo conforman el Ensemble Reflexion K y la norddeutsche sinfonietta; una vez más, bajo la dirección de Gerald Eckert. Como señala Egbert Hiller en sus notas para esta edición, lejos, muy lejos, estamos de cualquier filiación con un concierto clásico o romántico, diluido como lo está el violonchelo en la masa de la orquesta. Si alguna traza aquí subsiste proveniente de lo que ya podemos considerar ‘tradición’ (pues parte de ella es hoy el conde italiano), sería de Giacinto Scelsi, por cómo modula constantemente Gerald Eckert las alturas buscando su peso, oscilaciones y relieves: basculación armónica en la que el violonchelo lleva a cabo una especie de camuflaje en el que se adentra y metamorfosea a sí mismo y a la propia orquesta, que se embebe de sus proteicas transformaciones. En cierto sentido, podríamos decir que Nacht, die fallende supone una evolución con respecto a Schemen – Feld 30, con la ganancia de relieves que aquí incorpora la orquesta, aunque el resultado final no es tan pictórico ni esfumado (sin que ello le reste un ápice de belleza, eso sí). De la electrónica en vivo se encarga aquí el compositor y diseñador acústico Andre Bartetzki.
También con orquesta y electrónica creó Gerald Eckert ferne Tiefe (2020-21), aunque en lugar del violonchelo nos encontremos en esta distante Profundidad con uno de sus instrumentos predilectos, la flauta contrabajo, que aquí toca quien es uno de los puntales del Ensemble Reflexion K (del que es codirectora artística) e instrumentista de cabecera para el propio Eckert, la flautista alemana Beatrix Wagner.
Estamos, como ocurría con Schemen – Feld 30, ante otra de las partituras más bellas de esta edición, pues ferne Tiefe muestra de forma muy nítida otra las mejores señas de identidad de Gerald Eckert: esas densidades musicalmente inestables que van fluctuando entre armónicos y multifónicos, agigantando, a escala orquestal y expandida por la electrónica, la compleja entonación del instrumento solista y sus enormes rangos de registro. Al escuchar obras como ferne Tiefe es fácil pensar en las más neblinosas pinturas de otro amante de los mares del norte de Alemania, como Caspar David Friedrich, si bien la música de Gerald Eckert trasciende esas nieblas, en Friedrich paisaje y estado espiritual, para abismarse la música del compositor bávaro a lo más nimio de sus partículas y a cómo en éstas resuenan las unas con las otras, en un procedimiento que me ha vuelto a recordar al Ligeti del periodo micropolifónico, por cómo las redes armónicas se transforman entre sí por simpatía y resonancia, creando un tejido sonoro fascinante.
Éste es muy esporádicamente roto por irrupciones verticales más violentas, algo que nos recuerda al uso de la percusión como conciencia inmisericorde en el último Nono, cuando la música parece querer abandonarse a la contemplación y al ensueño. Otro compositor al que me recuerda ferne Tiefe, aunque desde presupuestos técnicos y estéticos muy diferentes a los de Gerald Eckert, es Morton Feldman, por la evocación que de lo intemporal se da en la música del neoyorquino, algo crucial en la creación reciente de Gerald Eckert por cómo ésta es capaz de trascender el tiempo, disolviendo sus límites, su propio comienzo y final, pues ferne Tiefe es una obra a la que parece que accediésemos en un momento dado, pero que continuase su existencia en un trazo nunca detenido al que, como oyentes, tan sólo nos sumásemos en un suspiro muy puntual y concreto de su aparente infinitud. A que ello suene con tal calidad contribuye una colosal Beatrix Wagner que vuelve a disolverse y a marcar las delicadísimas brumas y abismos musicales que dibujan, unidos, el Ensemble Reflexion K y la norddeutsche sinfonietta bajo la dirección de Gerald Eckert, una vez más, con Andre Bartetzki en la electrónica.
Con Kisalpah (2019) nos mantenemos en el campo de la electrónica en vivo, sumándosele un conjunto instrumental, el del Ensemble Reflexion K, aunque aquí el camino parece ser inverso con respecto a ferne Tiefe, pues desde una mayor dispersión de las partículas musicales en los primeros minutos avanzamos progresivamente hacia la unidad y un sonido más densificado. De nuevo, Kisalpah nos remite, a través de su título, a Baviera, pues éste era el nombre original de la localidad hoy conocida como Obergeislbach, lo que da pie a Gerald Eckert para trabajar el ensemble como un conjunto de rumores que irrumpen desde el pasado, a modo de recuerdos que van activando diferentes reacciones y voces que se alzan en el Ensemble Reflexion K; curiosamente, en muchos momentos con más dispersión y un mayor realce que las propias piezas reunidas en esta edición que fueron escritas para solista y orquesta, en las que, antitéticamente, Eckert busca en muchas ocasiones más la disolución del solista en el conjunto instrumental que su propio realce como individualidad. Por descontado, el Ensemble Reflexion K da cuenta de Kisalpah con su habitual magisterio en la música de su fundador, en la que son, hoy en día, los mayores especialistas, sumándose a su plantilla en esta grabación de Kisalpah el propio Gerald Eckert con su instrumento, el violonchelo, mientras que de la electrónica se vuelve encargar Iván Ferrer-Orozco, compositor y director mexicano cuyo trabajo es bien conocido en España de la mano de Vertixe Sonora, conjunto con el que Ferrer-Orozco lleva años colaborando.
im Endlichen, dehnbar (2006/2023) reduce los efectivos instrumentales al mínimo: el acordeón de Eva Zöllner, pero no por ello parece que estuviésemos escuchando a un solo instrumento, pues las evocaciones y la expansión del mismo nos sugieren desde el órgano al shō japonés, así como a la propia electrónica. Gerald Eckert abunda en el registro agudo, lo que acerca im Endlichen, dehnbar a esa etérea sonoridad de armónicos del órgano de boca japonés, con proliferación de acordes cuya oscilación y microtonalidad genera la ya citada ilusión de una masa electroacústica construida con clústeres sintéticos. Además de la verticalidad del instrumento de Eva Zöllner (sugerida por cómo en él Gerald Eckert pasa de sus más densos y abismáticos graves a lo más agudo), hay una muy interesante búsqueda de la horizontalidad, al expandir los clústeres disonantes de forma que su tensión no se acaba de resolver más que cuando las reverberaciones se pierden en la lejanía y, allí sí, se funden en un solo sonido (o eso creerá la limitación de nuestros oídos para discernir tan microscópicas disonancias errantes). La versión de Eva Zöllner es soberbia, dando muy buena cuenta de las enormes dificultades de im Endlichen, dehnbar, tanto afinación como a la hora de sostener los clústeres en un tenuto de tan bellos como proliferantes y caleidoscópicos matices.
Por cómo aquí se integran y resuelven muchas de las técnicas y estilemas de la música de Gerald Eckert, la partitura para ensemble y cinta magnética instead of (empty rooms II) (2019) se antoja un cierre idóneo para esta tercera edición dedicada por Mode Records al compositor alemán; una página camerística que tiene como referencia el poema de T. S. Eliot The Waste Land (1922) y, a través de éste, las tensiones entre el pasado y el futuro; de ahí, su recurrencia en el trabajo con los impulsos y cómo éstos se transforman entre los lapsos del tiempo. Como ocurría con alguno de los conciertos escuchados en el disco de Erato, la luz es un elemento musical muy importante, de nuevo, en Gerald Eckert, pero en el compositor alemán siempre asociada y espejeada con sus respectivas sombras, yendo de lo más agudo y etéreo, en el comienzo de la obra, a la irrupción de fortísimos contrastes en las maderas graves, lo que explicita, cada vez más, los intersticios del sonido a través de sus contrastes armónicos y de registro, que se van agrandando, lo que abre ese espacio acústico al vacío y a la soledad a la que nos remiten el título de la partitura y los versos de Eliot, aunque éste sea un espacio repleto de ecos y resonancias, como las que en nosotros mismos quedarán al terminar nuestra audición de estos dos estupendos discos en los que, de nuevo en esta última partitura, el Ensemble Reflexion K goza de un enorme y lógico protagonismo, algo recurrente en la discografía de Gerald Eckert.
Como es ya marca de la casa en las ediciones discográficas de Gerald Eckert, las grabaciones son todas ellas magníficas, para dar cuenta de un mundo tan delicado y repleto de sutilezas como el del compositor bávaro, algo que aquí se percibe a la perfección, ya sea en las tomas radiofónicas de la Bayerischer Rundfunks, ya en las registradas en la iglesia de San Nicolás de Eckernförde, localidad del estado federado de Schleswig-Holstein en la que el propio Eckert reside y donde tiene lugar el festival bianual Provinzlärm, por él mismo fundado y origen de muchas de estas grabaciones. La edición se completa con un libreto firmado por Egnert Hiller (en inglés, alemán y francés), gracias al cual podremos conocer un poco mejor las referencias artísticas y conceptuales que vertebran una música tan compacta, densa y mistérica como la de Gerald Eckert, de belleza siempre subyugante.
Más información en la página web del sello Mode Records
— © Paco Yáñez, El Compositor Habla, mayo de 2025
https://www.elcompositorhabla.com/es/noticias.zhtm?corp=elcompositorhabla&arg_id=4171&arg_description_og=&arg_pagina=0